Fabricantes y empresas de tecnología quieren hacer que tu coche parezca una nave de Star Trek. De momento, no hay gran compañía de automóviles que no haya presentado su prototipo con la tecnología de visualización ‚head-up’ (HUD por sus siglas en inglés) incorporado en sus coches de alta gama. Estos dispositivos permiten desplegar la información en el parabrisas y parecen tener algo más de futuro que las famosas gafas de Google. El principio por el que funcionan es el mismo- la proyección de información integrada sobre una superficie- pero el abaratamiento de las tecnologías y sus utilidades inmediatas parecen colocarlo en situación de ventaja.
El modelo presentado por Hyundai en CES 2015, por ejemplo, incluye instrucciones de navegación – con indicativos de dirección para orientar al conductor sobre la ruta a seguir, así como información de velocidad, combustible o peligro de colisiónen caso de que algún coche haga una maniobra arriesgada delante de nosotros. Dentro de muy poco, las instrucciones habladas de nuestro sistema GPS serán una antigualla y llegaremos a nuestro destino siguiendo las flechas que veremos sobre la autopista. El sistema también detectará los movimientos del conductor- por si tiene un problema súbito de salud – y estará preparado para responder a gestos como el movimiento de una mano para descartar algún tipo de información, como una llamada entrante de teléfono, por ejemplo.
La idea de colocar la información sobre el ángulo de visión del sujeto nació con propósitos militares y hace años que se utiliza en los cascos de los pilotos de caza y en aviación civil. Las estrategias que se están utilizando para el automóvil van desde la tecnología integrada en todo el parabrisas (más cara y compleja) hasta lossistemas de pantalla interpuesta (más económicos y versátiles). Si el coche no lo incorpora de serie, empresas como Iris o NavGate planean comercializar sistemas portátiles que se colocan en el parasol del coche y permiten empezar a observar la información proyectada ante los ojos del usuario. Las mejoras introducidas en el último año permiten que estos dispositivos consuman menos energía y tengan más luminosidad (hasta hace poco el gran inconveniente era que necesitaban condiciones de semioscuridad para ser visibles). Esto ha sido posible porque además de la tecnología LED, se están usando sistemas con láser o DLP (Digital Light Processing) y procesadores TFT (Thin-film transistor).
El dispositivo Iris informa, por ejemplo, de la proximidad de una zona escolar
El más novedoso de los sistemas portátiles es el que presenta Iris, que lleva recaudados unos 22 000 dólares en apenas un mes y que ofrecerá el dispositivo válido para cualquier coche por entre 300 y 500 dólares (el primer precio para los que apoyen la campaña de financiación). Un aspecto interesante del sistema, según quienes lo han probado, es que permite conectarse al vehículo y al teléfono móvil y responderá a los gestos del usuario. El detalle más negativo – a diferencia del sistema integrado en el parabrisas – es que el movimiento del coche provoca que la proyección vibre, lo que genera una sensación incómoda.
Dos avisos a la vez pueden confundir al conductor, según un estudio
Como pasaba con las Glass de Google, la principal preocupación sobre estos sistemas es la posibilidad de que provoque accidentes. Un estudio reciente publicado en la revista PLOS ONE advertía de que, en lugar de ayudar al conductor, esta tecnología „head-up” puede ser un peligro debido a las continuas distracciones. A pesar de que la información del parabrisas está en el mismo campo visual que la carretera, el usuario puede sufrir una ceguera temporal por distracción y no ver lo que tiene frente a sus ojos. „Sería necesario distinguir, por ejemplo, entre las señales de posible colisión y aquellas que recomiendan hacer un giro”, asegura Ian Spence, autor principal del trabajo. „De lo contrario, los avisos que compiten por la atención serán más peligrososque ningún aviso en absoluto”.
Sin embargo, otros científicos están buscando las potenciales aplicaciones de estas tecnologías a favor de la seguridad. El neurocientífico Charles Spence, de la Universidad de Oxford, estudia cómo aprovechar nuestros conocimientos sobre el cerebro para mejorar los niveles de atención del conductor. Su equipo, por ejemplo, está probando un dispositivo que permitiría proyectar imágenes subliminales en el parabrisas que activen directamente los miedos del conductor y que éste no baje la guardia. “Lo hemos hecho en el laboratorio y los usuarios conducen de manera más segura, porque su cerebro está más alerta”, explica.
En la misma línea un grupo de investigadores de la Universidad de Keio, en Japón, presentaba hace unos meses un sistema de realidad aumentada que permite al conductor de un coche ver a través del chasis del vehículo y advertir la presencia de objetos que hasta ahora quedan fuera del alcance de la vista. Gracias a esta tecnología, podríamos evitar los puntos ciegos y advertir la presencia de un niño antes de dar marcha atrás como si nuestro vehículo fuera transparente.
Referencias: The Commingled Division of Visual Attention (PLOS ONE) | Augmented Reality Helps Drivers See Around Blind Spots (IEEE Spectrum) | IRIS: Your Car and Network Combined (Indiegogo) | Revolutionary NavGate head-up display for easier smartphone navigation (Pioneer)
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