Un sacerdote de la Iglesia católica mexicana ha sido denunciado por haber abusado sexualmente de un menor durante dos años. La Comisión Estatal de los Derechos Humanos impulsó la investigación del caso.
Con el pretexto de que era “parte de los sacrificios que debía aguantar” si quería convertirse en sacerdote, el cura Francisco Javier Castillo Ríos violó regularmente durante dos años a uno de los menores que visitaba su iglesia del municipio de Santa María del Río, en la arquidiócesis de San Luis Potosí (centro de México).
El hecho se descubrió gracias a la denuncia de la madre de la víctima, que contó a la cadena Canal7 la historia que arruinó la vida de toda la familia.
La mujer explicó que el presunto violador entabló amistad no solo con su hijo, sino con toda la familia, y que nadie esperaba que el cura tuviera este tipo de comportamiento “sucio”. La madre comentó que el sacerdote, que regularmente cenaba con el niño, le echaba drogas a la comida sin que el menor se percatara.
Una vez, cuando el niño tenía 12 años, despertó en la cama de Castillo. “El padre abusaba de él, al parecer lo drogaba”, contó entre lágrimas la madre.
Pero el infierno estaba lejos de terminar, porque entonces empezaron las amenazas, dijo. Castillo amenazó al niño con hacer daño a su familia o con abusar sexualmente de otros niños pequeños si revelaba el delito y no aceptaba seguir siendo víctima de abusos.
Tras la divulgación de la noticia, el caso despertó gran revuelo en la sociedad y la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) empezó investigar el presunto abuso por parte de Castillo, según el comisionado presidente del organismo, Jorge Vega Arroyo, informó el canal.
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