miércoles, 10 de septiembre de 2014

Ashley, la ciudad que desapareció

En algún punto en la noche del día 16 de agosto del año 1952, la pequeña ciudad de Ashley dejó de existir. Justo a las 3 horas con 28 minutos de la madrugada del 17 de agosto de 1952, un terremoto de magnitud 8.4 fue registrado por los dispositivos del Servicio Geológico de los Estados Unidos. El terremoto pudo sentirse en todo el país, principalmente en la zona oeste. Según las estimaciones de los especialistas, el epicentro tuvo lugar en la ciudad de Ashley en el estado de Kansas.


Cuando los cuerpos de emergencia y rescate llegaron a donde deberían estar las construcciones de la comunidad agrícola, solamente encontraron un grieta en el suelo desde la que salían enormes llamaradas. Con cerca de un kilómetro de largo y más de 500 metros de ancho, su profundidad nunca fue determinada.

Luego de doce días, los equipos de búsqueda estatal y local para los 679 habitantes de la ciudad de Ashley fueron retirados del lugar, la orden la dio el propio gobernador del estado de Kansas a las 21 horas con 15 minutos del 29 de agosto de 1952. El total de los 679 residentes fueron dados por muertos. A las 2 horas y 27 minutos de la madrugada del 30 de agosto de 1952 otro terremoto de magnitud 7.5 fue registrado por el Servicio Geológico de los Estados Unidos. Nuevamente, los especialistas determinaron que el epicentro había ocurrido donde antes se encontraba la ciudad de Ashley. Cuando los equipos de inspección llegaron para investigar a las 5 horas con 32 minutos del mismo día, informaron que la fisura se había cerrado.

En los ocho días que antecedieron al desaparecimiento de la ciudad y sus 679 habitantes, una serie de sucesos extraños e inexplicables fueron relatados por los habitantes y policía del área.

En la tarde del día 8 de agosto, a las 17 horas y 13 minutos, un residente de Ashley llamado Johnathan Gabriel dijo haber visto algo extraño en el cielo. Como la pequeña ciudad no poseía una estación oficial de policía, el informe fue hecho a la delegación de la ciudad vecina llamada Hays. Gabriel relató algo que se asemejaba a una “pequeña abertura negra en el cielo”. Quince minutos después, la delegación de Hays se vio inundada con decenas de llamadas de personas que afirmaban haber divisado el mismo fenómeno. A la mañana siguiente un policía fue enviado hasta la ciudad de Ashley para investigar el fenómeno.

A las 7 horas con 53 minutos, en la mañana del 9 de agosto, el oficial de policía de Hays, Allan Mace, se comunicó a la base por radio. Informo que, a pesar de haber seguido correctamente la carretera que llevaba hasta Ashley, se había perdido. De acuerdo con su informe, la carretera “continuaba con el camino normal, pero de alguna forma acababa nuevamente en Hays”. Mace también dijo que la carretera nunca hacía curvas o doblaba en alguna dirección. A las 9 horas y 15 minutos, un total de diez patrullas de policía fueron enviadas para investigar la situación, y todos los miembros del equipo llegaron a la misma conclusión que Allan Mace. La carretera que antes llevaba hasta Ashley se había convertido en un camino de retorno a Hays. Las llamadas a la delegación de Hays continuaban, informando que la grieta negra en el cielo se hacía más grande. 

A todos los que llamaban se le hacía la recomendación de permanecer al interior de sus hogares y no salir a no ser que fuera absolutamente necesario. A las 20 horas con 17 minutos, la Sra. Elaine Kantor informó que el Sr. y la Sra. Milton así como sus dos hijos habían desaparecido. Según la llamada de la Sra. Kantaro, la familia Milton había intentado salir de la ciudad en automóvil aquella misma tarde. Ellos nunca volvieron. Los policías nunca divisaron carro alguno o personas en la carretera.

La mañana del 10 de agosto de 1952, las llamadas a la delegación de Hays desde la ciudad de Ashley relataban que la ciudad se encontraba en total oscuridad. El Sol simplemente no había salido. A las 10 horas y 15 minutos, a petición de la policía de Hays, un helicóptero de la ciudad de Topeka sobrevoló la región donde se situaba la ciudad de Ashley. No fue posible visualizar la ciudad desde el cielo.

El día 11 de agosto, a las 12 horas y 43 minutos, la Sra. Phoebe Danielewski llamó a la delegación de Hays. Informó que su hija Erica había comenzado a entablar una conversación con su padre, que había muerto tres años antes, en un accidente de tráfico. Lo que más la preocupada era que Erica estaba intentando salir de la casa hacia la oscuridad para, según sus propias palabras, “estar juntos”. En las siguientes doce horas, la delegación de Hays recibió 329 llamadas describiendo un fenómeno casi idéntico al de Erica, todas involucraban a niños.

A la mañana siguiente, el día 12 de agosto de 1952, la situación se volvió aun peor. Durante la noche, los 217 niños de la ciudad de Ashley desaparecieron. Se registraron un total de 421 llamadas hacia la delegación de Hays. Como los policías no lograban llegar a la ciudad de Ashley, la única indicación que daban a los padres era que permanecieran en el interior de sus hogares y que no intentaran buscar a los niños desaparecidos.

A las 17 horas del día 13 de agosto, un anciano llamado Scott Luntz informó de un incendio distante que crecía proviniendo del sur de Ashley. Según la descripción, el fuego parecía hacer que la oscuridad se tornara de un “rojo fuerte y naranja, que parecía subir hasta el cielo”. Durante ese día las llamadas continuaron llegando, diciendo que el fuego, que se movía en dirección norte, ahora parecía “provenir del cielo negro”. Ningún incendio fue visto o informado por las comunidades de las ciudades vecinas.

Los informes continuaron hasta las cero horas con 9 minutos de la madrugada del 14 de agosto de 1952, la última llamada de ese día, hecha por el Sr. Benjamin Endicott, relataba que el fuego en el cielo ahora era más intenso, haciendo que la oscuridad ya no cubriera la ciudad. La llamada terminó de forma abrupta.

(Mensaje transcrito de la llamada hecha por el Sr. Benjamin Endicott)

Benjamin: Espere un poco… espere…

– SILENCIO –

Benjamin: Es… es, veo algo. Está en el sur. Parece que es –

– LA LLAMADA SE CORTA –

La próxima llamada no fue hecha sino hasta la tarde siguiente.

En seguida, la transcripción completa de la última llamada recibida por la delegación de Hays proveniente de la ciudad de Ashley. Sucedió a las 21 horas con 26 minutos de la noche del 15 de agosto de 1952. En esta grabación el policía que habla con la mujer identificada como la Sra. April Foster es el oficial Peter Welsch.

–COMIENZO DE LA LLAMADA–

Oficial Welsch: delegación de policía de Hays.

(Estática)

Oficial Welsch: ¿Hola?

Foster: Sí… sí, ¿hola?

Oficial: Señora, ¿con quién estoy hablando?

Foster: Mi nombre es April, April Foster (tose). Por favor señor. Por favor, ayúdeme.

Oficial: ¿Qué pasa señora?

Foster: Ayer en la noche… ayer en la noche ellos volvieron.

Oficial: Señora, necesito que usted…

Foster: ¡AYER EN LA NOCHE ELLOS VOLVIERON! (llorando)

Oficial: Señora, necesito que se calmen y hable con claridad. ¿Qué sucedió? ¿Quién volvió?

Foster: (sollozando) Todos.

Oficial: ¿Todos?

Foster: Todos volvieron del fuego.

Oficial: ¿Cómo qué todos?

Foster: Mi hijo… vi a mi hijo volver en la noche. Estaba caminando… caminaba por la calle. Se está quemando. Jesucristo ¡SE ESTABA QUEMANDO!

Oficial: Señora, yo…

Foster: Él murió el año pasado. Lo crie sola desde bebé… solo él y yo. Le dije que tuviera cuidado con los carros cuando anduviera en bicicleta, pero nunca me escuchaba.

Oficial: Señora, lo que está diciendo no tiene ningún sentido. ¿Me dijo que todos habían vuelto?

Foster. ¿ME ESTÁS ESCUCHANDO IDIOTA? ¡TODOS! Todos han regresado. Todos los que murieron o desaparecieron, volvieron. Están detrás de nosotros (llorando). Él… él dice: “Mamá estoy bien ahora. Mira, puedo caminar de nuevo. Donde estás mamá, te quiero ver”.

Oficial: Señora, ¿Dónde se encuentra ahora? ¿Está segura?

Foster: Estoy escondida. Como todo el mundo. Los vimos viniendo de los campos… y… algunas personas les abrieron las puertas. Dios, ¡LOS GRITOS! –Pausa– No sé lo que pasó con ellas. Pero sus casas se incendiaron y se desmoronaron. Estoy con las cortinas abajo. Estoy escondida en mi armario ahora y –Silencio–

Oficial: Señora, ¿está todo bien? ¿Se encuentra bien?

Foster: –Silencio–

Oficial: ¿Señora?

Foster: –Ruido de un cristal rompiéndose– ¡Ah… ah mi Dios!

Oficial: ¿Señora?

Foster: Algo acaba de entrar –llanto débil–

Oficial: Señora, quédese lo más quieta que pueda. No hable.

Foster: – sonido débil – “¿Mamá… mamá?” – llanto de Foster – Él entró.

Oficial: Permanezca donde está. No salga.

Foster: – sonido débil – “¿Mamá, te estás escondiendo?”

Oficial: Permanezca en silencio.

Foster: – Sonidos de pasos. Risas. – “¡TE ENCONTRÉ MAMÁ!” – Gritos –.

Oficial: ¿Señora?

– LA LLAMADA TERMINA–

A la mañana siguiente a las 6 horas y 55 minutos los policías de Hays lograron dar con el paradero de la ciudad de Ashley, pero ya estaba en una grieta debajo de la tierra, ardiendo en llamas.

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