jueves, 3 de julio de 2014

Muere un niño hispano que partió a EE.UU. en busca de dinero para curar a su madre

© Reuters / RT

A fin de conseguir el dinero necesario para curar la epilepsia de su madre, un niño guatemalteco, Gilberto Francisco Ramos Juárez, decidió emprender un viaje a EE.UU., pero falleció de camino, en el desierto de Texas, al parecer por la insolación.
"Mi hijo me decía que se iba para ayudarme a curar mi enfermedad, pero yo le decía: no te vayas hijo", relata su madre, Cipriana Juárez Díaz, en una entrevista con Ap. "Yo no quería que se fuera porque con él tenía yo consuelo", agrega.

El cuerpo del niño, de 15 años, ya en descomposición y sin camisa, fue encontrado un mes después de su partida. Según los medios, el chico, que conservó hasta el final el rosario que su madre le había dado y el número telefónico de su hermano en Chicago, probablemente murió por insolación.

Según un jefe de la policía del sur de Texas, el niño, que murió solo en el desierto a menos de kilómetro y medio de la casa más cercana, al parecer se perdió en su camino rumbo al norte. Su cuerpo, en el que la autopsia no encontró señales de traumatismos, será repatriado.

El niño guatemalteco se ha convertido ya en un símbolo de los peligros que afrontan los menores hispanos procedentes de Centroamérica y que cruzan solos la frontera de forma ilegal en busca de una vida mejor en EE.UU.

El número de menores no acompañados que intentaron entrar ilegalmente en Estados Unidos aumentó este año en un 92% en relación con el anterior, lo que llevó a la administración de Obama a declarar una "crisis humanitaria". En tales condiciones el presidente estadounidense pedirá al Congreso un presupuesto de emergencia de 2.000 millones de dólares para repatriar y lidiar con el éxodo de los miles de niños migrantes sin acompañantes.

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