Visto en Rafapal Periodismo para Mentes Galacticas
Ni que decir tiene, que el titular tiene su sarcasmo pero no por ello falta a la verdad de lo que voy a expresar. Tras ver el estupendo vídeo demostrando que Venus y Serena Williams son en realidad dos pedazo de machos transexualizados, y dado que el todavía en boga gobierno sionista del Planeta Tierra se ha empeñado en promocionar el cambio de sexo, me veo en la obligación de recurrir a los datos estrictamente anatómicos que descubrí en el citado vídeo para explicar lo obvio. Que el hombre y la mujer son seres, naturalmente, diferentes.
Y como mejor se aprende es con un ejemplo, trufaré la explicación con fotografías del protegido del líder del movimiento gay español, Pedro Almodóvar, para disipar dudas sobre el género del llamado “Antonia” San Juan. [Me vais a disculpar que, a partir de ahora, diga unas cuantas obviedades pero, evidentemente, son humor negro].
Lo primero que hay que saber es que el sexo de todo animal, incluido el ser humano, es innato y no cambia por más que uno se corte el pene, se haga una vagina, se ponga o se quite tetas, o se hormone o se deje de hormonar para quitarse o ponerse vello corporal. Todo este tipo de operaciones pueden modificar la APARIENCIA de un hombre o una mujer para parecerse a aquel sexo que su conflicto de identidad le dice que quiere parecerse, pero toda la silicona del mundo no podrá hacer que un hombre sienta como una mujer ni el pene de plástico más largo del mundo podrá hacer que una mujer sienta como un hombre.
El hombre y la mujer son la mezcla indisoluble de cuerpo+mente+espíritu y, por más que uno escape de su natural condición, sólo podrá hacer eso, escapar. Jamás dejará de ser lo que es, de la misma manera que las lentillas de colores no podrán evitar tu color de ojos natural.
Dicho esto, y de acuerdo, como digo, al dimorfismo sexual en la especie humana; es decir, las proporciones que diferencian al macho de la hembra de la especie humana, ambos se diferencian físicamente en lo siguiente:
-Hombros: la extensión de los hombros de un hombre es tres veces el tamaño de su cabeza, mientras que los de la mujer, 2’5 el tamaño de la misma. (Recordad que la mayor parte de los hombres homosexualizados caminan con los hombros encogidos…).
-Cintura: la cintura de una mujer (máximo estrechamiento de su torso) se encuentra por encima de su ombligo, mientras que el de un hombre, por debajo. Si os fijáis, la tendencia juvenil hoy día es que la cintura de los chicos se parezca a la de las chicas, otra de esas tendencias que busca la homo-geneización de los sexos; la erradicación de sus diferencias.
-Manos: el dedo anular (al lado del meñique) es más largo que el índice (al lado del gordo) en el caso de un hombre, mientras que los tiene de tamaño similar.
-Cuello: el cuello de un hombre es sensiblemente más musculoso que el de una mujer, amén de tener la famosa “nuez”, que se opera en el caso de los hombres transexualizados pero no del todo por lo que, aún operado, se puede observar algún rasgo en el cuello, amén de una voz más grave y masculina que lo que es normal en una mujer.
-Cejas. El hueso donde reposan las cejas es considerablemente más ancho en los hombre que en las mujeres, razón por la cual, las cejas de los hombres suelen ser, también, más anchas que las de las mujeres. Es curioso cómo hoy día se ha puesto de moda la depilación masculina de las cejas que, obviamente, busca feminizar al hombre.
Ni que decir tiene, que el titular tiene su sarcasmo pero no por ello falta a la verdad de lo que voy a expresar. Tras ver el estupendo vídeo demostrando que Venus y Serena Williams son en realidad dos pedazo de machos transexualizados, y dado que el todavía en boga gobierno sionista del Planeta Tierra se ha empeñado en promocionar el cambio de sexo, me veo en la obligación de recurrir a los datos estrictamente anatómicos que descubrí en el citado vídeo para explicar lo obvio. Que el hombre y la mujer son seres, naturalmente, diferentes.
Y como mejor se aprende es con un ejemplo, trufaré la explicación con fotografías del protegido del líder del movimiento gay español, Pedro Almodóvar, para disipar dudas sobre el género del llamado “Antonia” San Juan. [Me vais a disculpar que, a partir de ahora, diga unas cuantas obviedades pero, evidentemente, son humor negro].
Lo primero que hay que saber es que el sexo de todo animal, incluido el ser humano, es innato y no cambia por más que uno se corte el pene, se haga una vagina, se ponga o se quite tetas, o se hormone o se deje de hormonar para quitarse o ponerse vello corporal. Todo este tipo de operaciones pueden modificar la APARIENCIA de un hombre o una mujer para parecerse a aquel sexo que su conflicto de identidad le dice que quiere parecerse, pero toda la silicona del mundo no podrá hacer que un hombre sienta como una mujer ni el pene de plástico más largo del mundo podrá hacer que una mujer sienta como un hombre.
Dicho esto, y de acuerdo, como digo, al dimorfismo sexual en la especie humana; es decir, las proporciones que diferencian al macho de la hembra de la especie humana, ambos se diferencian físicamente en lo siguiente:
-Hombros: la extensión de los hombros de un hombre es tres veces el tamaño de su cabeza, mientras que los de la mujer, 2’5 el tamaño de la misma. (Recordad que la mayor parte de los hombres homosexualizados caminan con los hombros encogidos…).
-Cintura: la cintura de una mujer (máximo estrechamiento de su torso) se encuentra por encima de su ombligo, mientras que el de un hombre, por debajo. Si os fijáis, la tendencia juvenil hoy día es que la cintura de los chicos se parezca a la de las chicas, otra de esas tendencias que busca la homo-geneización de los sexos; la erradicación de sus diferencias.
-Manos: el dedo anular (al lado del meñique) es más largo que el índice (al lado del gordo) en el caso de un hombre, mientras que los tiene de tamaño similar.
-Cuello: el cuello de un hombre es sensiblemente más musculoso que el de una mujer, amén de tener la famosa “nuez”, que se opera en el caso de los hombres transexualizados pero no del todo por lo que, aún operado, se puede observar algún rasgo en el cuello, amén de una voz más grave y masculina que lo que es normal en una mujer.
-Cejas. El hueso donde reposan las cejas es considerablemente más ancho en los hombre que en las mujeres, razón por la cual, las cejas de los hombres suelen ser, también, más anchas que las de las mujeres. Es curioso cómo hoy día se ha puesto de moda la depilación masculina de las cejas que, obviamente, busca feminizar al hombre.
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